Quizás
tener estándares más comunes que corrientes no deberían ser considerados como
algo peyorativo. Quizás quienes conocen realmente sus limitaciones tienen claro sus expectativas de la vida y están conscientes de lo que pueden aspirar.
Tantos
quizás y disyuntivas que se afrontan a lo largo de los años tratando de encontrar nuestra identidad y objetivo en este mundo.
Ayer
escuche a Ani tan satisfecha consigo misma por la vida tan plana que ha
llevado, por no afrontar altibajos y agradecida sonreía por tener lo necesario
para vivir. No sabia quien la escuchaba, yo si sabia quien hablaba.
Tan
elocuente y simple argumento me hizo sentir envidia de la única que existe, de
la mala.
Yo
hubiera querido una vida así, en la que
no tuviera que mostrar mis fortalezas, que no me exigiera nada. No buscar ser un ejemplo ni objeto de admiración. Eso al final de cuentas no reconforta mi alma.
La
vida no se elige, se trata de labrar el camino sin saber que retos afrontaremos en el. Desconociendo si nuestras decisiones son
correctas, como repercutirán y en quienes. En lo personal estoy hasta la madre
de escuchar decir que las pruebas son en medida de nuestras capacidades, que
dios pone retos que se pueden superar a aquellos que tienen las fortalezas para hacerlo. Puros bla, bla, bla.
Muchas
veces me frustro, me fastidio del mundo entero y de mi misma. No tolero ni mi
propia presencia; otras tantas valoro cada instante y sí, también le agradezco
a la vida lo que soy, porque de lo contrario no estaría aquí, maldiciendo a Ani
y lamiendo mis heridas con lamentos.
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