Aunque
no soy partidaria de los días producto de la Mercadotecnia como el “Día de
Padre” considero que viviendo en un mundo en el que contar con una figura
paterna ya va de ganancia, es razonable hacer una mención al respecto,
especialmente porque tengo que agradecer que yo fui bendecida con uno
espectacular.
De él heredé mi neurosis y trastorno obsesivo-compulsivo. Un hombre inteligente
y culto, del que cada día aprendo algo nuevo y con el cual entablar una
conversación de cualquier índole es un deleite. Sumamente Justo y honesto, a
tal grado de ni siquiera permitirnos hacer trampa en juegos y reconocer como
ganador al extraño aún por encima de su amor de padre.
Quizás no
me enseño a jugar con la pelota, pero desde pequeña le aprendí a jugar Domino,
Ajedrez y Cartas. Nunca le ha gustado sudar ni ensuciarse pero siempre nos dedico
tiempo para desarrollar nuestro raciocinio a través de juegos de lógica.
Con
el resto de la humanidad podrá ser bastante reservado, de carácter reacio y
hasta intransigente, pero conmigo y mis hermanitos, ha sido el más cariñoso,
comprensivo y consentidor. Con todo y su Poker-Face lo he visto llorar por mí y
se que haría lo que fuera por nosotros.
Podría
recalcar todas sus virtudes pero sería echarle mucha salsa a mis tacos, solo me resta decir que si a de alguien comparto mi forma de ser y sobre todo
pensar, es de él.