Vivimos una época en la que estamos tan acostumbrados a ver películas en 3D y con una infinidad de efectos especiales. Es más, actualmente en salas como las 4DX podemos experimentar la sensación de movimiento, agua, olor, viento, luz y niebla; las cuales hacen que la ficción parezca real.
(El anterior comentario NO estuvo patrocinado por Cinepolis )
Por lo que me parecía inaudito que una película que no cumplía con las anteriores características fuera capaz de cautivarme. Debo ser sincera y reconocer que si decidí ir a ver “The Artist” fue únicamente porque ganó el Oscar tanto a mejor película como a mejor actor, de lo contrario nunca hubiera figurado en mis opciones para ir al cine.
Me refiero a una película basada en una historia de Hollywood del año 1927, muda, en blanco y negro, y para acabar ¡francesa! Todo lo contrario a lo que me “gusta” y estoy acostumbrada a ver. Sin embargo me dejó con un excelente sabor de boca, tanto que estoy revalorando mi propio criterio para escoger una cinta la próxima vez.
Sinceramente, con lo anterior compruebo que cuando una historia es tan buena y la interpretación de ella resulta magistral, hasta las palabras salen sobrando.
Lección aprendida: Nunca ir predispuesto a ver una película pensado que no te gustará.