lunes, 31 de diciembre de 2012

Alegoría al año nuevo


Un año nuevo es esa patada en el trasero que necesitamos para poner en marcha propósitos, fijarnos metas y porque no, hasta anhelar que nuestros sueños se hagan realidad.

Para algunos el impulso de esa patada es suficiente para seguir adelante, aterrizar lo que hemos idealizado y crearnos proyectos de vida; para otros esa patada se queda solo en un puntapié sin la fuerza necesaria, que se desvanece como se desvanecen las ideas que carecen de brío.

Un año nuevo representa ese mañana que hemos postergado y que comienza con una nueva cuenta regresiva. Que se vive día a día, durante los cuales hay que trabajar con perseverancia para materializar lo que queremos, para ver convertirse en realidad lo que en un brindis lleno de algarabía concebimos en nuestra mente…

Y nuestra mente es el limite de lo que queremos. Soy de la fiel creyente que se vale soñar magnánimamente, que nuestros esfuerzos deben ser en la medida de lo que anhelamos. 

¡Esfuerzo y no amuletos, rituales o supersticiones! Bueno, cuando mucho me pondré unos chones rojos y nada más.

Un año nuevo es darnos unos minutos para reflexionar y darle gracias a la vida (o al dios en el que crean) por sus dadivas a lo largo del año viejo. Es también, ver lo que hemos dejado atrás, hacer un análisis de nuestras acciones, ver frente al espejo más allá de nuestro reflejo y cuestionarnos en donde estamos parados; porque antes de brincar hay que tomar impulso y se vale caerse, sobarse las heridas y levantarse; se vale intentar, aspirar y desear con todo el corazón puesto en ello.

Que este 2013 sea un mejor año que el que esta por culminar. 

viernes, 28 de diciembre de 2012

12 mil

Por sus más de 12,000 visitas a mi Blog, a mis stalkers, followers, familiares (que sé que me leen aunque digan lo contrario) y uno que otro esporádico...

¡Gracias!

Mi total gratitud hacia ustedes por sus correos, comentarios y por el simple hecho de dedicarle 1 minuto de su tiempo a mis absurdas letras.

Porque este medio ha sido más útil que las terapias y mucho mas reconfortante ver el contador incrementarse entrada por entrada.

Lo sé. Soy una maldita egocentrica y narcisista pero siento que hasta los quiero.

Con cariño: Romy


lunes, 24 de diciembre de 2012

Absurda Navidad


Muy en lo personal y contrario a los que muchos puedan pensar, comenzando con mi propia madre, para mí la navidad carece de significado. No le encuentro un sentido lógico a adornar un arbolito y demás parafernalia características de estas fechas.

Sumado al consumismo exacerbado que se observa en esta temporada, donde la gente se contagia masivamente de una alegría efímera y artificial, producto de usanzas que desconocen su verdadera historia, dándole una connotación meramente comercial.

No voy a negar que me gustan los regalos, ¿A quién no? Pero para mí, el único valor representativo de las fiestas decembrinas es el hecho de convivir unos días al año con mi familia, con mis padres y mis hermanos, a quienes comúnmente solo veo en periodos vacacionales. La navidad me permite eso.

Hoy me sentaré a la mesa, seguiré los usos y costumbres, brindaré por ellos y por el amor de mi vida, por poder compartir una noche amena a lado de quienes más quiero y aunque mi corazón estará dividido en 2 lugares, mis deseos serán los mismos que cada día; ¡los 365 al año!. Que tengan salud y dicha en sus corazones, que la vida me permita seguir contando con ellos por mucho tiempo más y que los colme de satisfacciones. 

domingo, 16 de diciembre de 2012

¡A mi salud!


Siempre le había cuestionado a la vida porque me proveyó de un cuerpo con tantas plagas.

Hasta hace unos días no le había prestado tanta atención a mi salud, confiaba en que tengo mas vidas que un gato, en mi suerte o los rezos de quienes me quieren y piden por mí.

Entrar a un quirófano, inyecciones, mil estudios de laboratorio y demás cuestiones que involucraban nosocomios lejos de asustarme me entusiasmaban. Sabia que no habría padecimiento que no hubiera de superar y que al final solo quedaría una raya mas al tigre o una anécdota que contar.

Hasta hace unos días decía que no hay dolor físico que mi cuerpo no pudiera resistir, que entre más lo soportara incrementaba mis “superpoderes” y fortalecía mi persona.

Quizás fue en un momento de catarsis o tal vez fue el darme cuenta que quiero vivir mucho tiempo, que ponía en riesgo ser madre en unos años, que pretendo tantas cosas y deseos por cumplir, que angustiaba a quienes me procuran y que no quiero que carguen con mis achaques; que decidí darle un giro a este estilo de vida tan despreocupado.

Que no fue la vida la que me castigo con todo lo que me ha pasado, que fui yo quien descuido este endeble cuerpo, que si bien las cicatrices nos recuerdan que el pasado fue real, hay que enfocarse en el futuro y aprender de nuestros errores.


lunes, 10 de diciembre de 2012

Sabiduría

Te llevaste parte de mi alma y me dejaste levitando en esta vida que más que vida parece una dura cuesta.
Me dejaste divagando sin sentido entre tanta gente, como si cargar con mi alma no te fuera suficiente.

Te llevaste el brillo de mis ojos al mirar y me dejaste el efímero recuerdo de tu verde pupilar. 
Me dejaste dando vueltas sin sosiego como un ciego titubea al caminar; ni mi alma, ni la luz de mi mirar te basto al andar.

Te llevaste mis recuerdos más profundos y me dejaste un puñado de sentimientos al azar. 
Me dejaste en un mar de lágrimas y pensé por un momento ahogarme en este sufrimiento; aún contando con mi alma, el brillo de mis ojos y todo recuerdo, te marchaste sin dudar.

Te llevaste el arco de mi sonrisa y me dejaste los labios secos sin la fuerza para alzar las comisuras. 
Me dejaste llena de dudas, incertidumbres y muchas preguntas sin respuestas; y así al irte te echaste al hombro el costal con mi alma, ojos, recuerdos y sonrisa.

Te llevaste un trozo de mi corazón y me dejaste con un musculo que solo bombea sangre sin razón. 
Me dejaste sin fuerzas, con la sangre tan espesa y un frió acicalador. Ese día al salir el alba, te sobraba mi alma, ojos, recuerdos y corazón.

Hace 5 años no solo te llevaste, también arrasaste con todo lo valioso, lo poco que tenia. Y no me dejaste nada más que este cuerpo descubierto en un mundo incierto.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Una serie de caóticos acontecimientos



Cual inequívoca reacción me asuste al verme frente a la pared con espejo hecho trizas, había dormido casi 36 horas consecutivas y simplemente no me sentía mejor, mis manos gélidas como esa mañana no dejaban de temblar y mi cuerpo descubierto y aletargado simplemente no respondía. Hubiera querido seguir acurrucada pero ya era Lunes y había que regresar a la rutina.

Durante toda la mañana solo trataba de recordar que me había orillado a tomar doble dosis de pastillas de la felicidad, si, esas que te hacen sentir “menos peor” y te quitan en insomnio. Aunque esta vez además de hacerme dormir (pero no descansar) me hicieron hibernar; mis manos aun seguían frías y temblorosas. Ni el sol, el agua fría, el café o las bebidas altas en cafeína podían sacarme de ese estado sumamente abrumador, y es que no poder controlar tus reacciones resulta frustrante y esta de mas decir que la sensación de anestesia general repercute en las actividades cotidianas, hasta manejar era un problema por sí solo.

Pero estoy aquí, frente a la pantalla de la computadora tratando de describir todo lo acontecido pese a que los parpados me pesen como lapidas.

Me da miedo dormir y no saber si despertaré. Me dan miedo tantas cosas y sin embargo aquí sigo, decidida a sobrellevar las cosas y seguir adelante.

Sé que hay decisiones malas pero no creo que dejarte llevar por los sentimientos sea una, aunque los detractores objetaran mi decisión. Solo sé que quiero ser feliz, bueno, ese es el objetivo de cualquier ser humano, pero para mí representa más que eso, significa luchar contra tantas ataduras, mi propia idiosincrasia y un futuro incierto.

Esperaba contar con mi mejor amigo en el camino, esperaba que estuviera ahí en este momento en que estoy decidida a seguir con las cosas que deje pendiente, esperaba tantas cosas pero comprendo que hay circunstancias que pesan más en la balanza.

No pretendo redundar en el asunto ni puedo obligar a nadie a estar conmigo contra su propia voluntad y si han suscitado una serie de caóticos acontecimientos han sido por mí.

Paso por paso, me quedo con esa frase.