Todos
soñamos, unos con más frecuencia que otros, algunos más absurdos o idealistas;
fantaseamos de mil formas. Nuestra capacidad de soñar es una prosopopeya del
propio sistema nervioso que nos permite simular situaciones para potencializar
la adaptación y consolidación de la memoria.
La
interpretación de los sueños a sido materia de discusiones a lo largo de la
existencia humana y estatuarios de culturas.
Para
el padre del psicoanálisis, los sueños son “realizaciones disfrazadas de deseos
reprimidos” (principalmente los de tipo sexual). En términos generales, Freud
considera que todo sueño es interpretable. Para ello, la labor de descifrar no incurre
en el sueño conjunto, sino sobre sus componentes; donde cada cosa soñada simboliza
otra cosa en forma rígida, sin considerar la peculiaridad de cada sujeto.
De forma totalmente opuesta, se cree también en la actualidad darles a los sueños una explicación un poco más
esotérica o relacionada con la astrología (tema del cual hablaré próximamente) Ya
que cada elemento que emerge en ellos (según los fervorosos) pueden ser
interpretados como algo que acontecerá. Es así, como se supone la idea de que
los sueños son premoniciones escondidas en los significados de los mismos. Por ende,
soñar con ciertos elementos o circunstancias en particular puede llevar a
múltiples elucidaciones.
En
lo personal, como una admiradora de Filosofo Austriaco me inclino rotundamente
por su postura. No obstante, discrepo en la forma plana con la que considera
cada trazo dentro de un sueño, es decir, a mi razonar es propiamente el soñador
el único capaz de dilucidar lo que representa; ya que los símbolos presentes en
ellos, aunque con un transfondo arquetípico o universal, son meramente íntimos.
En
muchas ocasiones, me gusta imaginar que nuestros sueños pueden volverse
realidad, si fuera así, tendría al amor de mi vida a mi lado. Lamentablemente los hechos factos y mi
gnosticismo me ratifican que todo es producto de nuestras mentes. Ni modos, a
dormir para soñarte…
Dato
científico: Cuando se duerme, se pasa por 2 estadios. Primero ocurre la fase
NREM (sueño Sin movimientos oculares rápidos) fase con la cual, comenzamos a
dormir y a descansar. De manera posterior, se pasa a la fase REM (sueño Con
movimientos oculares rápidos) Es en esta fase, donde se producen los sueños.
Dato
cultural: Dividida en 3 volúmenes, la obra de Sigmund Freud “Interpretación de
los Sueños” escrita entre 1895 y 1899, esboza con rigor y claridad las líneas
generales de sus hipótesis y métodos.