martes, 24 de julio de 2012

El tiempo que vuela

En promedio leo 50 páginas de un libro al día, sin embargo leer y responder mi correspondencia me causa una desidia indescriptible. Ante tal superficial y ridículo pretexto, quiero disculparme por este medio (porque se que me leerá) con un viejo amigo del cual recibí (corrijo, leí) tardíamente un correo que me envió hace ya varias lunas; viejo porque tiene más de una década que no veo y amigo porque es de esas personas que pasan por tu vida dejando un bonito recuerdo de tu infancia.

Tal vez sea a causa de eso, un recuerdo que tengo guardado en una vitrina metafórica aislada del paso de los años para que no se empolve ni se dañe que, evito y postergo contactar a quien alguna vez y por más de 12 años fuera una especie de obsesión idílica. A quien en 1999 y siendo unos niños (porque a esa edad eso se es, aunque no se quiera reconocer) le diera al compás de I’m Blue de Eiffel 65 un beso a escasos metros de la secundaria donde estudiábamos. El primero del cual ahora, una vida después todavía me causa risa el recordar tan chusco y penoso acontecimiento.

Entrados ahora en la época de las redes sociales y con la herramienta de husmear en las vidas de las personas con tan solo ir saltando de ventana en ventana, clic a clic. Sé que ha hecho de su vida y viceversa porque si no, no estuviera aquí redactando esta entrada. Al ahora padre de 2 lindos bebés, lo cual no me extraña pero me sorprende que a tan corta edad ya lo sea, (pero bueno, ese es un tema que otro día retomaré, como viviendo el pleno siglo XXI pareciera que los usos y costumbres por la reproducción y vida conyugal dieran un paso hacia el pasado) le agradezco su amistad virtual y espero en un futuro no muy lejano saludar a él y su ahora ya muy grande familia. 

El tiempo se va volando y como un tornado que gira se lleva con el gran parte de nuestros recuerdos y añoranzas de la infancia. ¿Cuántas personas han desfilado en nuestras vidas a lo largo del tiempo que llevamos en este planeta? ¿A quiénes recordamos y qué otros lo haran?

Me veo a mi misma y ni en el más guajiro de los sueños imagino que será de mi en otros 10 años, claro si dios me da vida. Espero para ese entonces ya haber disipado tantas interrogantes...

Nota mental: Prestar más atención a la correspondencia.

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