jueves, 26 de abril de 2012

Con los ojos que me miras te veré

Sólo unos cuantos segundos suelen bastar para que formemos una primera impresión de una persona que acabamos de conocer, y tendemos a utilizar esa impresión para juzgar a dicha persona, muchas veces acertaremos, pero existen factores que influyen en dicha exactitud, pudiendo hacer que nos formemos impresiones equivocadas.

Lo que mejor se nos da a la mayoría es evaluar el grado de extroversión o sociabilidad de una persona y su nivel de responsabilidad, dado que es lo que resulta más aparente. Sin embargo, aspectos como la apariencia física pueden influir al momento de formularnos una opinión superflua; al igual que nuestras expectativas, estado de animo y motivación.

En pocas palabras, si te hablan mal de alguien que no conoces, estarás más predispuesto a hacerte una mala impresión de esa persona cuando la conozcas, mientras que si te hablan bien, sucederá al contrario. Lo mismo ocurre si te sientes feliz, tenderás a interpretar la conducta de los demás de modo más optimista; en cambio, un estado de ánimo negativo no ejerce tanta influencia.

Por eso, debemos ser más cautelosos e imparciales al momento de emitir nuestro juicio personal sobre los individuos que nos rodean, hay que recordar que no sólo vemos lo que esperamos, sino también lo que queremos ver. Y quizás con los ojos que tu miras alguien te ve.

Y como dice uno de mis filósofos favoritos: "Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre acogido sólo por los elogios o por la crítica" F. W. Nietzsche

No hay comentarios:

Publicar un comentario