Cuantas veces en mi vida he escuchado el dicho popular que dice que "la vida no es color rosa" haciendo referencia a que no es precisamente fácil y hasta en tono de consuelo y resignación. ¡Mi color favorito es el Rosa! pero no por ello me gustaría que mi vida fuera únicamente de ese color, aunque tuviera una varita mágica para conseguirlo.
Como bien dice Paulo Coelho: "No todo en la vida es de un color u otro, miren sino el arcoíris" y tengo que reconocer que este planteamiento me parece más apropiado si de hacer una alegoría a la vida se trata.
Aunque de hecho considero que vivimos en un mundo vacío, en la era del placer por placer, del poder sin sentido, del tener cada día más cosas materiales y superfluas, olvidándonos de alimentar nuestras relaciones interpersonales y de encontrarnos a nosotros mismos.
Entonces y de esa forma, la vida se hace corta; porque no tenemos tiempo de disfrutar lo importante y confundimos lo "importante" con lo "urgente", y como con efecto domino, nos convertimos en "prisioneros de lo urgente". Perdemos la esencia de la vida por sin sabores y fugaces satisfacciones, dejando de observar el cielo y todo lo que nos rodea.
Vivir una vida sin sentido, es quizás mirar todo en blanco y negro, sin percatarnos que existe una maravillosa gama de colores. Y vean que se los digo yo; cuando yo misma tengo días que me despierto viendo la vida con un metaforico Daltonismo, confundiendo los colores y significados de las cosas, sumergida profundas lagunas de desánimo, pero afortunadamente me doy cuenta que la vida sigue y que al final de cuentas por más fuerte que sea la tormenta cuando todo pase, saldrá el arcoíris.
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