miércoles, 16 de mayo de 2012

El vaso medio vacío

Cada día procuro levantarme con el pie derecho y muchos ánimos, pero por más optimista que quiera ser, cuando me embarga un sentimiento de tristeza no tengo ganas de absolutamente nada, ni siquiera de escribir, no obstante me sirve como aliciente anímico.

En estos momentos veo el vaso medio vacío, mi vida se ha teñido últimamente en matices grises. Las pocas personas cercanas a mi se han distanciado y mi tonto sentimentalismo absurdo que me sigue haciendo soñar e idealizar como puberta.

No existe peor martirio que la soledad, al principio intente refugiarme en mi interior, distraerme con las cosas que me gusta hacer, (ver tele, jugar en la PC, navegar por internet, salir de compras) Invertí 36 hrs en mi misma sin ningún contacto humano, lejos del mundo exterior, sin escuchar mi voz, tal vez mis labios se arqueaban ligeramente hacia arriba al escuchar un comentario gracioso en alguna de mis Sitcom. Cuando sentí que me asfixiaba en mi propia casa, decidí salir, me bastaron escasas 4 horas y visitar 2 centros comerciales para vaciar mi cuenta, acumular copiosas bolsas llenas de objetos que si bien no me son imprescindibles, por lo menos lograron su objetivo, distraerme. Ahora tengo varios libros por leer, series completas por ver, mucha comida chatarra acumulada, y hasta ropa por estrenar (para ir a clases)

Esta semana por sugerencia de mi propia madre, decidí incursionar en nuevas actividades y pasatiempos, conocer nuevas personas e interactuar con ellas. ¡Es raro! Incomodo y difícil volver a comenzar. ¡No me gustan los protocolos sociales!

¡Sí! Quizás soy patética lo sé, ahogándome en un vaso de agua cuando en el planeta hay problemas más trascendentales. Pero así soy yo, insufrible y radical.

No hay comentarios:

Publicar un comentario