En
estos momentos veo el vaso medio vacío, mi vida se ha teñido últimamente en
matices grises. Las pocas personas cercanas a mi se han distanciado y mi tonto sentimentalismo
absurdo que me sigue haciendo soñar e idealizar como puberta.
No
existe peor martirio que la soledad, al principio intente refugiarme en mi
interior, distraerme con las cosas que me gusta hacer, (ver tele, jugar en la
PC, navegar por internet, salir de compras) Invertí 36 hrs en mi misma sin
ningún contacto humano, lejos del mundo exterior, sin escuchar mi voz, tal vez mis labios se arqueaban ligeramente hacia arriba al escuchar un comentario
gracioso en alguna de mis Sitcom. Cuando
sentí que me asfixiaba en mi propia casa, decidí salir, me bastaron escasas 4
horas y visitar 2 centros comerciales para vaciar mi cuenta, acumular copiosas bolsas llenas de
objetos que si bien no me son imprescindibles, por lo menos lograron su
objetivo, distraerme. Ahora tengo varios libros por leer, series completas por ver, mucha comida chatarra acumulada, y hasta ropa
por estrenar (para ir a clases)
Esta
semana por sugerencia de mi propia madre, decidí incursionar en nuevas
actividades y pasatiempos, conocer nuevas personas e interactuar con ellas. ¡Es
raro! Incomodo y difícil volver a comenzar. ¡No me gustan los protocolos sociales!
¡Sí!
Quizás soy patética lo sé, ahogándome en un vaso de agua cuando en el planeta hay problemas más trascendentales. Pero así soy yo, insufrible y
radical.
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